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Archive for the ‘Politics’ Category

Dos importantes clarinazos

In Anibal Acevedo Vila, Celeste Benitez, politica, Politics, Puerto Rico on February 23, 2011 at 12:07 pm

Logo original del Partido Popular Democrática de Puerto Rico

Por: Celeste Benítez

“Clarín: Pequeña trompeta usada para toques reglamentarios en las unidades montadas del ejército.” (RAE)

“Clarinazo: Toque fuerte de clarín.” (RAE)

El fin de semana pasado, en los predios del Partido Popular sonaron dos importantes clarinazos. El primero lo dio el ex gobernador Aníbal Acevedo Vilá el viernes pasado en Mayagüez. El segundo lo dio la ex gobernadora Sila Calderón el lunes pasado en la Fundación Luis Muñoz Marín deTrujillo Alto. Ambos discursos se ofrecieron como parte de los actos de conmemoración del natalicio del prócer, el 18 de febrero de 1898.

Aníbal comenzó sus palabras con una estupenda cita de Muñoz:

“La vida pública puertorriqueña me da en este momento la impresión de un niño entretenido, entusiasmado, apasionado largamente por juguetes, mientras su hogar se hace grietas y amenaza ruinas, mientras su familia se desespera y desintegra. Nosotros –todos los líderes de Puerto Rico en el campo político, en el económico, en el cultural– somos ese niño.”

El ex gobernador entonces reveló que Muñoz pronunció esas palabras en el 1936, cuando aún militaba en las filas del Partido Liberal y dos años antes de que fundara el Partido Popular en el 1938. Aníbal pasó entonces a comparar al Puerto Rico desastroso de 1936 al 1940 con el Puerto Rico de nuestros días y volvió a citar otro trozo de aquel mensaje del prócer:

“¿Qué hacemos? No hay más que una respuesta. Tenemos que crecer. Tenemos que crecer. Tenemos que crecer rápidamente. Tenemos que crecer hoy mismo. Y no es imposible hacerlo. No es ni siquiera difícil. Es más, es prácticamente inevitable que crezcamos.”

En ese proceso de crecimiento, añadió Aníbal, no sólo los líderes, sino el pueblo también tiene que crecer. Sin embargo, hoy corremos un gran peligro, advirtió el ex gobernador:

“Asumimos la peligrosa actitud de que de aquí a las próximas elecciones lo que hay que hacer es mirar para el otro lado y aguantar con resignación.

Y pregunto yo: ¿podemos esperar? (…) Creo, sinceramente, que el 2012 puede ser demasiado tarde. (…)

El mayor tributo que podemos hacerle hoy a Muñoz Marín es dejar de esperar. Es entender que lo que él hizo, lo hizo un pueblo. Sin pueblo, Muñoz no hubiera existido. Esa fue la principal lección que Muñoz aprendió de su padre, Luis Muñoz Rivera: la fuerza está en el pueblo. El pueblo de Puerto Rico, en su sabiduría, en su esencia interna, creó y formó a Muñoz. El Vate fue el instrumento de su pueblo, y no a la inversa. (…)

Hoy, si el liderato político, económico y social va a crecer — y repito, tenemos que crecer– es porque el pueblo así lo tiene que exigir. La fuerza está en el pueblo, y no a la inversa. El momento es ahora. El protagonista, el pueblo.”

Ese magnífico discurso de Aníbal Acevedo Vilá fue un claro llamado a los líderes del PPD y a todos los puertorriqueños a abandonar la pasividad y el silencio, y a crecer en los usos de la democracia y en la defensa de nuestros derechos.

El discurso de Sila Calderón fue también otro llamado a la acción, inspirado en la obra ingente de Luis Muñoz Marín. La ex gobernadora comenzó estableciendo el contraste tremendo que existe entre aquella época y nuestro presente:

“Sin embargo, en los últimos tiempos, el País de nuestros anhelos se ha ido desvaneciendo. Lejos de fortalecer nuestra autosuficiencia, lejos de afirmar nuestra distintiva personalidad y de unirnos en una causa común, se ha ido socavando lo construido. Mucho peor, se ha inyectado mayor divisionismo, se han afectado gravemente las bases del sistema democrático y económico, se han menospreciado nuestros logros y se ha tratado de debilitar nuestra identidad. (…)

Pero los pueblos, como los hombres, tienen la capacidad de transformarse. (…) Yo tengo fe en el pueblo puertorriqueño. Conozco bien sus capacidades y sus posibilidades. Creo en la gran fuerza interna que tenemos en nuestro espíritu.

Por ello, hoy, como tributo a Luis Muñoz Marín, presento Diez Propuestas para Puerto Rico…”

La ex gobernadora pasó entonces a ennumerarlas: 1. Empleos como la primera prioridad; 2. Paz Social para Todos; 3. Educación al Servicio del Futuro; 4. Universidad de Puerto Rico Restaurada (“Propongo que la Universidad de Puerto Rico se restaure para que vuelva a brillar como el tesoro nacional que es para nuestro País”); 5. Cerrar la Brecha de la Pobreza; 6. Enfoque Preventivo al Crimen; 7. Reforma Legislativa (“Propongo una reforma total y abarcadora de la Legislatura de Puerto Rico”); 8. Afirmación Puertorriqueña; 9. Renovación del Estado Libre Asociado; y 10. Proyecto de País: Puerto Rico 2030.

La oradora terminó con una nota de optimismo: “Luis Muñoz Marín fue un gran maestro en el arte de inspirar. Luchó para que Puerto Rico buscara en sí mismo sus mejores cualidades (…); que este País pequeño diera lecciones grandes de democracia, de buen trato a las minorías, que fuera un modelo de superación. Y yo digo que esto todavía se puede hacer.

“Así lo hicimos una vez con el hombre más grande que haya dado esta tierra. Y así lo vamos a hacer ahora… Sin que nos tiemblen las rodillas. Sin que el temor nos nuble el entendimiento. Sin que la falta de arrojo nos impida hablar y actuar libremente por nuestra patria. Así nos ayude Dios.”

Estos dos excelentes discursos deben mover al Partido Popular a una profunda reflexión. Tanto Aníbal como Sila retan al actual liderato Popular a la acción: a formular propuestas concretas para los gravísimos problemas que enfrentamos y a hablarle al País con claridad y con fuerza. “¡Sin miedo!”, como diría doña Inés.

El PPD tiene que convertirse en un movimiento de renovación profunda, que aglutine a compatriotas de todas las condiciones e ideologías para crear un nuevo Puerto Rico. No puede darse el lujo de prescindir de líderes como Aníbal y Sila. Y tiene que hablarnos, repito, con claridad y con fuerza.

Porque, como decía San Pablo, “Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?” Corintios 14, 8

Egipto y nuestra Universidad

In Celeste Benitez, Derechos Civiles, Estudiantes on February 15, 2011 at 7:32 pm

Por: Celeste Benítez

El mundo entero siguió con una mezcla de temor y de esperanza los 18 días que duró la revolución pacífica en Egipto que finalmente terminó con treinta años de la dictadura corrupta presidida por Hosni Mubarak. La renuncia del “faraón” de nuestros días nos llenó de una enorme alegría a todos los que seguíamos la noticia, al presenciar el triunfo de la valentía de un pueblo oprimido sobre la fuerza bruta de un gobierno abusador.

Curiosamente, la noticia de la renuncia de Mubarak a la presidencia de Egipto se dio el mismo día que la renuncia del doctor José Ramón de la Torre a la presidencia de la Universidad de Puerto Rico. Se trata de dos renuncias muy diferentes, pero también muy similares, que requieren un breve comentario.

El detonante de ambas renuncias fue la valentía de una juventud dispuesta a asumir los riesgos de combatir un régimen antidemocrático. En el caso de Egipto, después de treinta años de dictadura, la lista de agravios contra el régimen de Mubarak era impresionante. En nuestra Universidad se trata de defender derechos garantizados por nuestra Constitución que tienen que ser respetados por un gobierno que dice ser democrático, pero que en la práctica resulta ser todo lo contrario.

En Egipto, un joven ejecutivo de Google encendió la mecha de la revolución, convocando a protestas contra el régimen a través de internet. A la respuesta entusiasta de otros jóvenes como él se unieron numerosos sectores de la población, hasta convertirse en un movimiento de masas imparable que logró lo que hasta entonces parecía impensable: sacar del poder a Mubarak, la cabeza de un régimen corrupto y opresor.

En la UPR, los jóvenes estudiantes son los protagonistas de una lucha por tener una educación universitaria de excelencia, accesible a todos los sectores de nuestra sociedad, y por que se les reconozca una participación efectiva en el gobierno institucional.

En el proceso, los estudiantes nos han dado cátedra al resto del País de una valentía ejemplar. En un País como el nuestro, donde hay tanta gente muerta del miedo, donde muy pocos se atreven a disentir abiertamente, donde reina un silencio ominoso frente a los abusos de la Administración Fortuño, la entereza de los líderes estudiantiles es el tipo de conducta que el resto del País debe imitar. Más que estudiantes, ellos se han convertido en maestros de gallardía y dignidad.

Y al hablar de líderes estudiantiles tenemos que destacar el rol tan activo y tan honroso que las mujeres han desempeñado en estas luchas universitarias.

Las jóvenes han estado en primera fila, hombro con hombro con sus compañeros varones como elocuentes portavoces, enfrentando sin miedo los macanazos, los insultos, las agresiones sexuales, el gas pimienta, los gases lacrimógenos, los monstruos de la Guardia de Choque, los caballos de la guardia montada, las armas largas, los francotiradores, los vehículos blindados, en fin, todo el arsenal represivo que Fortuño y Figueroa Sancha les han tirado encima para tratar, sin éxito, de acallar sus voces.

Y ante tantos abusos, los estudiantes se han mantenido firmes en sus reclamos, fieles al himno de la UPR: “Da gloria al luchador,/ honra de la Universidad.” ¡Que vivan los estudiantes!

Al igual que los jóvenes egipcios que encendieron la mecha de la rebeldía a través de internet, los jóvenes universitarios nuestros han hecho un uso sumamente efectivo de las redes sociales. Gracias a ellas, los estudiantes han documentado las distintas etapas del conflicto, han presentado su versión de los hechos y han publicado sus diversas propuestas para resolver los problemas de la institución. En las artes de la comunicación, nuestros estudiantes han dado cátedra de inteligencia y creatividad.

A diferencia de la renuncia de Mubarak, la renuncia de De la Torre no significa gran cosa. Nuestro ex presidente no presidía nada: él era simplemente un muchachito de mandado de La Fortaleza y de Ygrí Rivera. Cuando su desprestigio llegó a tal grado que ya no les resultaba útil, sus amos lo desecharon sin miramientos de clase alguna. Al fin y al cabo, ése es el destino de todos los mercenarios que en el mundo han sido.

Igual que la renuncia de Mubarak, la salida del presidente de la UPR debe dar paso a una transición hacia una Universidad más democrática, con una mayor participación en el gobierno de la institución por parte de estudiantes, profesores y personal no docente, y de una mayor transparencia en sus procesos administrativos.

Esa nueva universidad deberá ofrecer a sus estudiantes una formación de la más alta calidad, con niveles de exigencia cada vez más altos, con unos claustrales que vivan una verdadera vocación universitaria, con unos empleados productivos, bien pagados y bien supervisados, comprometidos todos a hacer de la Universidad de Puerto Rico la institución más importante del País y la forja de un mejor futuro para todos los puertorriqueños.

Para hacer realidad un nuevo comienzo, es necesario que Ygrí Rivera también renuncie a la presidencia de la Junta de Síndicos. Ella ha demostrado carecer del temperamento ecuánime y conciliador que ese cargo requiere. Siempre ha estado más pendiente de adelantar los intereses del Partido Nuevo Progresista en detrimento de los intereses de la Universidad, intereses éstos que, como presidenta de la Junta, ella venía llamada a defender por encima de todo.

Rivera ha sido cómplice de todas las múltiples maneras en que la Administración Fortuño y su Legislatura han vulnerado la autonomía universitaria, hasta prácticamente hacerla desaparecer. Y como si todo lo anterior no fuera razón suficiente para incapacitarla como presidenta, ella ha insistido en la ocupación policíaca de la Universidad y rechazado todos los intentos de devolver los agentes a sus cuarteles.

Como Mubarak, Ygrí Rivera también tiene que irse.

Basta de paradas que desembocan en nada

In politica, Politics, Puerto Rico on July 30, 2010 at 12:04 pm
La bandera de Puerto Rico

la nueva bandera que es de la misma forma de la cubana, con la diferencia de haber sido invertidos los colores: franjas blancas y triángulo azul en vez de rojo, con la misma estrella blanca solitaria en el centro". En ausencia de una explicación de los delegados puertorriqueños reunidos en asamblea el siglo pasado, los tres colores de la bandera y las tres puntas del triángulo representan al igual que en la bandera cubana, los ideales republicanos de libertad, igualdad y fraternidad proclamados en la Revolución Francesa.

Por Natalia Muñoz

La parada puertorriqueña que se celebró en Holyoke, Massachusetts, en julio sirvió más como ejemplo de lo que no somos de lo que somos.

Sí, somos boricuas, y con orgullo. Pero no somos un poder político, y por eso nuestra cultura se va desvaneciendo entre banderines y empanadillas.

Aquí no voy a hablar sobre cómo en algunas paradas nuestras niñas adolescentes bailan como si fueran vedettes estilo Iris Chacón. Para otra ocasión esa falta de dignidad.

Las banderas surgen de ideales, de debates, de inquietudes y anhelos. La nuestra tuvo su inicio en 1895, en Nueva York, of all places.

Cito de una página cibernética del gobierno de Puerto Rico (http://www.gobierno.pr/GPRPortal/Inicio/PuertoRico/Simbolos/Banderas/Bandera+de+Puerto+Rico.htm):

“A todos los Puertorriqueños: Mañana domingo, a las dos y media de la tarde, se reunirán los Puertorriqueños en el salón principal de la casa número 57, al oeste de la Calle ‘5, esquina Sexta Avenida para tratar asuntos de patriótica trascendencia.

Se invita por estas líneas a todos los Puertorriqueños amantes de la independencia antillana.”

La reunión constituyente de la Sección de Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano, tuvo lugar el 22 de diciembre de 1895, en el Chimney Hall de Nueva York. Asistieron 59 puertorriqueños.

Uno de los presente “presentó la nueva bandera que es de la misma forma de la cubana, con la diferencia de haber sido invertidos los colores: franjas blancas y triángulo azul en vez de rojo, con la misma estrella blanca solitaria en el centro”. En ausencia de una explicación de los delegados puertorriqueños reunidos en asamblea el siglo pasado, los tres colores de la bandera y las tres puntas del triángulo representan al igual que en la bandera cubana, los ideales republicanos de libertad, igualdad y fraternidad proclamados en la Revolución Francesa.”

Esta es la plena verdad.

Sin embargo, nosotros los puertorriqueños no conocemos gran parte de nuestra historia. Es que las escuelas en Puerto Rico – y mucho menos aquí – no están obligadas a enseñar la historia de Puerto Rico, pero sí tienen que enseñar la historia de los Estados Unidos.

Y aunque haya pasión por expresar nuestro orgullo en un evento como una parada, es también importante demostrar nuestro poder. Y para eso, tenemos que conocer quiénes somos más allá de la alcapurria y el llamado Spanish rice.

Las paradas puertorriqueñas deberían de incluir un orador principal para animar, inspirar, organizar a la comunidad boricua. Debería de incluir kioskos con formularios para inscribirse a votar, información sobre quiénes son los candidatos y cuáles son los asuntos que se verán en la papeleta. Debería de haber kioskos con información sobre las organizaciones comunitarias, no para ver qué nos pueden brindar a nosotros, sino qué podemos hacer nosotros para la organización, tal como servir de voluntaria/o en la biblioteca, en las escuelas, en el programa que ayuda a personas con diabetes.

Tenemos que marchar hacia qué podemos hacer para fortalecernos como personas y como comunidad.

En vez, se reúne toda una humanidad preciosa de boricuas en la parada, y marchan con música y alegría por las calles principales de Holyoke y Springfield y de otras ciudades como Chicago y Nueva York. Y, ¿Qué pasa?

Nada.

Absolutamente nada.

Nadie sabe nada más de lo que supo dos horas antes. Nadie se inscribió a votar para formar parte de la democracia más importante del mundo. Nadie soñó con lanzar una campaña política. Nadie se comprometió a ayudar a la comunidad con un compromiso de ser voluntaria/o en cualquiera de las decenas organizaciones que necesitan ayuda. Claró, tampoco estas organizaciones han extendido un mensaje amplio de que quieren vernos ahí.

Pero no podemos esperar la invitación. Tenemos que decir “Presente” y no, “Ay, a mi nadie me pidió nada”.

Al concluir la parada, los políticos se van a sus casas, nosotros a las nuestras, y nada cambió.

Los políticos saben que nuestro voto en mínimo; no nos necesitan para ganar elecciones, por lo que no nos hacen caso cuando reclamamos nuestros derechos. Algunos nos ven como personas que sólo quieren cupones de alimento, welfare, como miembros de gangas, desertores de las escuelas, niñas de 12 años embarazadas, padres de 12 años que abandonan a sus hijos, tontos, vagos, fiesteros, indiferentes …

Somos mucho más de los que ellos creen. Somos artistas, chefs, mecánicos, maestros, empresarios, estudiantes, todo un mundo de diferentes personas.

Nunca lo sabrán hasta que salgamos no a festejar, sino a votar. Ni nosotros mismos no lo sabemos aún.

Natalia Muñoz es la fundadora y editora de www.LaPrensaMa.com (English) y http://politicapanoramica.com (español)

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