EM

Archive for the ‘Estudiantes’ Category

Egipto y nuestra Universidad

In Celeste Benitez, Derechos Civiles, Estudiantes on February 15, 2011 at 7:32 pm

Por: Celeste Benítez

El mundo entero siguió con una mezcla de temor y de esperanza los 18 días que duró la revolución pacífica en Egipto que finalmente terminó con treinta años de la dictadura corrupta presidida por Hosni Mubarak. La renuncia del “faraón” de nuestros días nos llenó de una enorme alegría a todos los que seguíamos la noticia, al presenciar el triunfo de la valentía de un pueblo oprimido sobre la fuerza bruta de un gobierno abusador.

Curiosamente, la noticia de la renuncia de Mubarak a la presidencia de Egipto se dio el mismo día que la renuncia del doctor José Ramón de la Torre a la presidencia de la Universidad de Puerto Rico. Se trata de dos renuncias muy diferentes, pero también muy similares, que requieren un breve comentario.

El detonante de ambas renuncias fue la valentía de una juventud dispuesta a asumir los riesgos de combatir un régimen antidemocrático. En el caso de Egipto, después de treinta años de dictadura, la lista de agravios contra el régimen de Mubarak era impresionante. En nuestra Universidad se trata de defender derechos garantizados por nuestra Constitución que tienen que ser respetados por un gobierno que dice ser democrático, pero que en la práctica resulta ser todo lo contrario.

En Egipto, un joven ejecutivo de Google encendió la mecha de la revolución, convocando a protestas contra el régimen a través de internet. A la respuesta entusiasta de otros jóvenes como él se unieron numerosos sectores de la población, hasta convertirse en un movimiento de masas imparable que logró lo que hasta entonces parecía impensable: sacar del poder a Mubarak, la cabeza de un régimen corrupto y opresor.

En la UPR, los jóvenes estudiantes son los protagonistas de una lucha por tener una educación universitaria de excelencia, accesible a todos los sectores de nuestra sociedad, y por que se les reconozca una participación efectiva en el gobierno institucional.

En el proceso, los estudiantes nos han dado cátedra al resto del País de una valentía ejemplar. En un País como el nuestro, donde hay tanta gente muerta del miedo, donde muy pocos se atreven a disentir abiertamente, donde reina un silencio ominoso frente a los abusos de la Administración Fortuño, la entereza de los líderes estudiantiles es el tipo de conducta que el resto del País debe imitar. Más que estudiantes, ellos se han convertido en maestros de gallardía y dignidad.

Y al hablar de líderes estudiantiles tenemos que destacar el rol tan activo y tan honroso que las mujeres han desempeñado en estas luchas universitarias.

Las jóvenes han estado en primera fila, hombro con hombro con sus compañeros varones como elocuentes portavoces, enfrentando sin miedo los macanazos, los insultos, las agresiones sexuales, el gas pimienta, los gases lacrimógenos, los monstruos de la Guardia de Choque, los caballos de la guardia montada, las armas largas, los francotiradores, los vehículos blindados, en fin, todo el arsenal represivo que Fortuño y Figueroa Sancha les han tirado encima para tratar, sin éxito, de acallar sus voces.

Y ante tantos abusos, los estudiantes se han mantenido firmes en sus reclamos, fieles al himno de la UPR: “Da gloria al luchador,/ honra de la Universidad.” ¡Que vivan los estudiantes!

Al igual que los jóvenes egipcios que encendieron la mecha de la rebeldía a través de internet, los jóvenes universitarios nuestros han hecho un uso sumamente efectivo de las redes sociales. Gracias a ellas, los estudiantes han documentado las distintas etapas del conflicto, han presentado su versión de los hechos y han publicado sus diversas propuestas para resolver los problemas de la institución. En las artes de la comunicación, nuestros estudiantes han dado cátedra de inteligencia y creatividad.

A diferencia de la renuncia de Mubarak, la renuncia de De la Torre no significa gran cosa. Nuestro ex presidente no presidía nada: él era simplemente un muchachito de mandado de La Fortaleza y de Ygrí Rivera. Cuando su desprestigio llegó a tal grado que ya no les resultaba útil, sus amos lo desecharon sin miramientos de clase alguna. Al fin y al cabo, ése es el destino de todos los mercenarios que en el mundo han sido.

Igual que la renuncia de Mubarak, la salida del presidente de la UPR debe dar paso a una transición hacia una Universidad más democrática, con una mayor participación en el gobierno de la institución por parte de estudiantes, profesores y personal no docente, y de una mayor transparencia en sus procesos administrativos.

Esa nueva universidad deberá ofrecer a sus estudiantes una formación de la más alta calidad, con niveles de exigencia cada vez más altos, con unos claustrales que vivan una verdadera vocación universitaria, con unos empleados productivos, bien pagados y bien supervisados, comprometidos todos a hacer de la Universidad de Puerto Rico la institución más importante del País y la forja de un mejor futuro para todos los puertorriqueños.

Para hacer realidad un nuevo comienzo, es necesario que Ygrí Rivera también renuncie a la presidencia de la Junta de Síndicos. Ella ha demostrado carecer del temperamento ecuánime y conciliador que ese cargo requiere. Siempre ha estado más pendiente de adelantar los intereses del Partido Nuevo Progresista en detrimento de los intereses de la Universidad, intereses éstos que, como presidenta de la Junta, ella venía llamada a defender por encima de todo.

Rivera ha sido cómplice de todas las múltiples maneras en que la Administración Fortuño y su Legislatura han vulnerado la autonomía universitaria, hasta prácticamente hacerla desaparecer. Y como si todo lo anterior no fuera razón suficiente para incapacitarla como presidenta, ella ha insistido en la ocupación policíaca de la Universidad y rechazado todos los intentos de devolver los agentes a sus cuarteles.

Como Mubarak, Ygrí Rivera también tiene que irse.

Ojo con la municipalización del Departamento de Educación

In Celeste Benitez, Estudiantes, Gobernador Luis Fortuño, politica on September 1, 2010 at 11:28 am

Por Celeste Benítez

El pasado 25 de agosto, el representante Betito Márquez García (PNP, Bayamón, Dto. 10) publicó un artículo en estas páginas sobre la municipalización de la educación.  Citó argumentos a favor y en contra de esa propuesta, pero la posición que asumió ante ella es que él no está ni a favor ni en contra, sino todo lo contrario.

Aparentemente, el legislador no tiene una opinión formada sobre la municipalización de las escuelas públicas, que algunos de sus colegas han propuesto como solución al caos imperante en el Departamento de Educación.  Espero que finalmente Márquez se convenza de que ése no es el remedio que requieren los muchos males de la educación pública puertorriqueña.

El más grave problema que tiene el Departamento es la politización extrema que consume el tiempo y las energías de sus dirigentes, así como los recursos de la Agencia.  Esa politización extrema comenzó en el 1977 bajo Carlos Romero Barceló y su secretario de Educación, Carlos Chardón.  Pronto se convirtió en una enfermedad endémica, que finalmente degeneró en la corrupción rampante sobre la que presidieron el secretario Víctor Fajardo y su gobernador, Pedro Roselló.

Pero aún después de encarcelado Fajardo, el latrocinio político que él había organizado probó tener unas raíces tan poderosas y tan profundas que sus sucesores no han podido erradicarlo del todo.  Así, la politización sigue siendo el principal escollo para la rehabilitación del Departamento de Educación.

Poner a los alcaldes a administrar las escuelas públicas del País (una de las variantes de la municipalización) agravaría grandemente el principal problema de nuestro Sistema público de educación.  Nombrar el personal de las escuelas del municipio y disponer del presupuesto adicional que el gobierno central tendría que asignarle al alcalde para atender las necesidades de los planteles bajo su jurisdicción concentraría demasiado poder en manos del ejecutivo municipal.

Pocos alcaldes serían capaces de resistir la tentación de utlizar ese vasto poder en beneficio propio y/o de su partido, en detrimento de la calidad de la educación de sus compueblanos. Crear una situación tan dañina como ésa no sería justo ni sabio, ni para el ejecutivo municipal, ni para sus gobernados.

Habría que preguntarse, además, ¿cuántos de nuestros 78 municipios estarían hoy preparados para asumir esa seria responsabilidad?  A juzgar sólo por su salud fiscal, tendríamos que contestar enfáticamente, “¡Ninguno!”.  Recordemos que la gran mayoría de nuestras alcaldías opera con serios déficits, y que hay muchas que están ya al borde de la quiebra.

Por otra parte, ese modelo fomentaría la desigualdad de oportunidades educativas para nuestra gente. Los municipios más pequeños y más pobres tendrían menos recursos para atender sus poblaciones, y ello daría al traste con el mandato de la Constitución del ELA: “Toda persona tiene derecho a una educación que propenda al pleno desarrollo de su personalidad y al fortalecimiento del respeto por los derechos del hombre y de las libertades fundamentales”.

La municipalización sería una amenaza a esa igualdad de oportunidades educativas que ordena nuestra Consitución y a la que todos aspiramos.

Por otra parte, una de las ventajas que el representante Márquez le ve  la municipalización es que diversas variantes de ese modelo ya existen en los Estados Unidos.  Pero precisamente ése es el problema: el sistema de educación elemental y secundaria norteamericano no es bueno.

En los Estados Unidos se da la paradoja de que tienen el mejor sistema universitario del mundo, pero un sistema mediocre de educación elemental y secundaria.  En todos los estudios que buscan identificar las mejores universidades a nivel mundial, Estados Unidos usualmente ocupa los primeros puestos.  Por ejemplo, en el “Times Higher Education Supplement” de 2006, universidades estadounidenses coparon siete (7) de los primeros diez (10) puestos.

Sin embargo, en el nivel de educación elemental y secundaria (K-12), los resultados de las escuelas de Estados Unidos son invariablemente mediocres.  Veamos un solo ejemplo.

La Organización para Cooperación y Desarrollo Económico (OECD, por sus siglas en inglés), fundada en el 1948, cuenta entre sus 32 miembros a los países más ricos del mundo.  La OECD auspicia el Programa Internacional para Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), que administra cada tres años unas pruebas a estudiantes de 15 años de edad en un total de 41 países participantes.

Se trata de determinar si esos jóvenes han adquirido los conocimientos y habilidades necesarios para desempeñarse exitosamente en la sociedad del saber.  Así,  PISA evalúa la eficacia de los sistemas educativos de los países participantes.

Los resultados de Estados Unidos en las pruebas PISA son preocupantes.  En las pruebas de Matemáticas del año 2000, EEUU ocupó el lugar 19 del total de 41 participantes; en el 2003, 24 de 41; en 2006, 25 de 41.  En Lectura, en los años 2000 y 2003, EEUU ocupó el lugar 15 de 41.  En Ciencias Naturales, en el 2000, ocupó el lugar 14 de 41, y en el 2006, bajó a 21 de 41.

Los países más consistentemente exitosos en las pruebas PISA son Finlandia, Japón, Canadá, Corea del Sur, Nueva Zelanda, Australia y Hong Kong.

Si los puertorriqueños de veras queremos mejorar nuestro Sistema Educativo, tenemos que quitarnos las gríngolas que nos obligan a mirar exclusivamente hacia Estados Unidos como modelo.  Tenemos que empezar a mirar seriamente hacia el resto del mundo, en esta sociedad globalizada de la que somos parte.

Salvar a la escuela pública puertorriqueña y a la Universidad de Puerto Rico es una tarea ingente.  Ello va a requerir el concurso de nuestras mejores cabezas, de los profesores, de los estudiantes, de sus padres, de los sindicatos, de las organizaciones profesionales y cívicas, y de todo el País, fuera de banderías políticas.

Para ello hay que mirar hacia los mejores sistemas educativos del mundo, y apuntar hacia las estrellas.

Gobierno de Puerto Rico Arremete contra la producción de libros

In Estudiantes, libros, politica, Puerto Rico, Universidad de Puerto Rico on July 15, 2010 at 5:11 pm
La Torre de la Universidad de Puerto Rico

La Torre de la Universidad de Puerto Rico

Por Jesús Dávila

Los nuevos blancos en la contraofensiva del Estado tras la victoria de la huelga estudiantil son tratar de implantar que el pueblo y la prensa no tienen que tener acceso a los lugares públicos sino que basta con la difusión de información oficial y la Editorial de la Universidad de Puerto rico, paralizada luego del despido del setenta por ciento de sus trabajadores.

El caso de la editorial, sin embargo, reviste la doble gravedad de que la medida se tomó desde el primer día de julio de manera tan callada que apenas se conocen detalles, además de que se ha silenciado una de las principales casas editoriales de toda la región antillana con al menos treinta títulos el año pasado y que llegó a tener en su colección la primera traducción al castellano de la prosa de Edgar Allan Poe, hecha por el argentino Julio Cortázar.

Pero en ambos casos se trata todavía de agendas que apenas comienzan a cobrar forma y cuyos resultados todavía son inciertos. El tema de la redefinición de evento público como aquel sobre el cual se difunde información y no al que la gente tenga acceso libre está siendo impugnado ante el Tribunal Supremo, en tanto que la batalla por la editorial universitaria apenas comienza y el propio presidente de su junta, el publicista Angel Collado Schwartz, insiste en mantenerse en su puesto y en que la institución continúa operando.

Mientras tanto, al cierre de esta edición, todavía se aguardaba en el Palacio de Santa Catalina, sede de la gobernación, la medida ya aprobada por las cámaras legislativas para quitarle a los consejos estudiantiles de la Universidad de Puerto Rico los derechos constitucionales de libertad de asamblea y expresión. Esa ley implantaría el sistema de referendo electrónico para cada decisión o expresión del gobierno estudiantil y una fuente del oficialista Partido Nuevo Progresista ha adelantado que se busca ensayar un sistema que pueda ser usado a escala nacional en sustitución del derecho de asamblea, que se considera anticuado.

El sigiloso drama sobre la editorial comenzó al cerrar el año fiscal el pasado 30 de junio, cuando no fueron renovados los contratos de la inmensa mayoría de los trabajadores de la empresa universitaria. Desde entonces, se ha mantenido en el edificio un pequeño grupo de empleados y la producción de libros nuevos está prácticamente paralizada mientras su página de internet advierte que no se tramitan compras porque se está llevando a cabo un supuesto inventario.

La paralización de la editorial ocurre a pesar de que el Gobierno asegura que la UPR tiene una gran deficiencia de recursos económicos y necesita de manera urgente aumentar sus ingresos propios, para lo cual se han impuesto recortes fuertes en sus gastos y se planifica un nuevo aumento en el pago de matrícula para el segundo semestre 2010-2011. Pero tiene el corolario de reducir el ámbito de la libertad de cátedra, ya que los profesores que tengan que enviar sus propuestas de textos a editoriales privadas no podrían reclamar las mismas garantías constitucionales para sus manuscritos.

Pero si bien el tema de los libros, para una población estudiantil universitaria de poco más de 65,000, tiene mucho que ver con la administración de la libertad, el de la nueva definición de lo que es “público” cubre a toda esta nación caribeña de cuatro millones de habitantes en su territorio. Al ser Puerto Rico una colonia de Estados Unidos, la determinación que se tome al respecto podría tener repercusiones más allá del mar que rodea este país isleño.

El centro de la controversia es el reclamo del Presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, de que le asiste el derecho de prohibir el acceso, tanto a las gradas como al palco de prensa, para llevar a cabo las sesiones legislativas a puerta cerrada. Su abogado, Charlie Rodríguez, argumentó ante el tribunal que no existe jurisprudencia que especifique qué quiere decir el mandato constitucional de que las sesiones legislativas “serán públicas” y que está bajo cuestionamiento “qué es público”.

Según el abogado y ex presidente también del Senado, basta con que las sesiones se transmitan por televisión e internet y que se mantenga un diario de sesiones para que se cumpla el requisito constitucional, aunque la gente no pueda entrar.

Ya esa política de restricción del acceso al público y a la prensa dejó el saldo de decenas de heridos y daños a la propiedad cuando un contingente de cerca de cien efectivos de las unidades antimotines, caballos y un helicóptero arremetieron a macanazos y gases lacrimógenos contra manifestantes que acudieron al Capitolio a reclamar el acceso vedado. Ante la marejada de críticas y ataques por el operativo, el propio Gobierno de Puerto Rico ha anunciado que tramita ayuda de la Policía de Nueva York a fin de preparar mejor a la Policía nacional.

Esa acción policial, que arrasó con una manifestación convocada por estudiantes universitarios, provocó también un inusitado llamado conjunto a la protesta cívica encabezado por el Colegio de Abogados que cuenta con el respaldo del Partido Popular Democrático, principal de la oposición, y del pequeño aunque influyente Partido Independentista Puertorriqueño. Pero se trata de una convocatoria que excede a la institucionalidad política electoral y en la misma participan –entre otros- el Movimiento al Socialismo, el Movimiento Independentista Nacional Hostosiano, así como diversos grupos cívicos y políticos, y hasta la Iglesia.

A principios del establecimiento del régimen autonomista denominado Estado Libre Asociado, EEUU utilizó a Puerto Rico como modelo ejemplarizante de democracia para los países de América Latina. Ahora, en momentos en que sigue pendiente la promesa del Presidente Barack Obama de resolver este cuatrienio el viejo caso colonial puertorriqueño, el tema de la manera democrática de gobernar vuelve a estar sobre la mesa, pero desde un punto de vista distinto.

De hecho, Rivera Schatz imputa al Presidente Obama no haber cumplido su palabra empeñada a Puerto Rico.

Publicado orginalmente en ArgenPress.

%d bloggers like this: