Aún estamos tan lejos de que se pueda hablar sobre Puerto Rico sin que se dividan las personas en los mismos segmentos de siempre: aquellos que creen en la república (mártires y héroes); aquellos que creen en la estadidad (cobardes) y aquellos que creen en el ELA (sufren de una mentalidad colonizada). Seguimos hundidos por nuestra propia falta de aceptar que todo esto es mucho más complicado.
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Basta de paradas que desembocan en nada
In politica, Politics, Puerto Rico on July 30, 2010 at 12:04 pm
la nueva bandera que es de la misma forma de la cubana, con la diferencia de haber sido invertidos los colores: franjas blancas y triángulo azul en vez de rojo, con la misma estrella blanca solitaria en el centro". En ausencia de una explicación de los delegados puertorriqueños reunidos en asamblea el siglo pasado, los tres colores de la bandera y las tres puntas del triángulo representan al igual que en la bandera cubana, los ideales republicanos de libertad, igualdad y fraternidad proclamados en la Revolución Francesa.
Por Natalia Muñoz
La parada puertorriqueña que se celebró en Holyoke, Massachusetts, en julio sirvió más como ejemplo de lo que no somos de lo que somos.
Sí, somos boricuas, y con orgullo. Pero no somos un poder político, y por eso nuestra cultura se va desvaneciendo entre banderines y empanadillas.
Aquí no voy a hablar sobre cómo en algunas paradas nuestras niñas adolescentes bailan como si fueran vedettes estilo Iris Chacón. Para otra ocasión esa falta de dignidad.
Las banderas surgen de ideales, de debates, de inquietudes y anhelos. La nuestra tuvo su inicio en 1895, en Nueva York, of all places.
Cito de una página cibernética del gobierno de Puerto Rico (http://www.gobierno.pr/GPRPortal/Inicio/PuertoRico/Simbolos/Banderas/Bandera+de+Puerto+Rico.htm):
“A todos los Puertorriqueños: Mañana domingo, a las dos y media de la tarde, se reunirán los Puertorriqueños en el salón principal de la casa número 57, al oeste de la Calle ‘5, esquina Sexta Avenida para tratar asuntos de patriótica trascendencia.
Se invita por estas líneas a todos los Puertorriqueños amantes de la independencia antillana.”
La reunión constituyente de la Sección de Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano, tuvo lugar el 22 de diciembre de 1895, en el Chimney Hall de Nueva York. Asistieron 59 puertorriqueños.
Uno de los presente “presentó la nueva bandera que es de la misma forma de la cubana, con la diferencia de haber sido invertidos los colores: franjas blancas y triángulo azul en vez de rojo, con la misma estrella blanca solitaria en el centro”. En ausencia de una explicación de los delegados puertorriqueños reunidos en asamblea el siglo pasado, los tres colores de la bandera y las tres puntas del triángulo representan al igual que en la bandera cubana, los ideales republicanos de libertad, igualdad y fraternidad proclamados en la Revolución Francesa.”
Esta es la plena verdad.
Sin embargo, nosotros los puertorriqueños no conocemos gran parte de nuestra historia. Es que las escuelas en Puerto Rico – y mucho menos aquí – no están obligadas a enseñar la historia de Puerto Rico, pero sí tienen que enseñar la historia de los Estados Unidos.
Y aunque haya pasión por expresar nuestro orgullo en un evento como una parada, es también importante demostrar nuestro poder. Y para eso, tenemos que conocer quiénes somos más allá de la alcapurria y el llamado Spanish rice.
Las paradas puertorriqueñas deberían de incluir un orador principal para animar, inspirar, organizar a la comunidad boricua. Debería de incluir kioskos con formularios para inscribirse a votar, información sobre quiénes son los candidatos y cuáles son los asuntos que se verán en la papeleta. Debería de haber kioskos con información sobre las organizaciones comunitarias, no para ver qué nos pueden brindar a nosotros, sino qué podemos hacer nosotros para la organización, tal como servir de voluntaria/o en la biblioteca, en las escuelas, en el programa que ayuda a personas con diabetes.
Tenemos que marchar hacia qué podemos hacer para fortalecernos como personas y como comunidad.
En vez, se reúne toda una humanidad preciosa de boricuas en la parada, y marchan con música y alegría por las calles principales de Holyoke y Springfield y de otras ciudades como Chicago y Nueva York. Y, ¿Qué pasa?
Nada.
Absolutamente nada.
Nadie sabe nada más de lo que supo dos horas antes. Nadie se inscribió a votar para formar parte de la democracia más importante del mundo. Nadie soñó con lanzar una campaña política. Nadie se comprometió a ayudar a la comunidad con un compromiso de ser voluntaria/o en cualquiera de las decenas organizaciones que necesitan ayuda. Claró, tampoco estas organizaciones han extendido un mensaje amplio de que quieren vernos ahí.
Pero no podemos esperar la invitación. Tenemos que decir “Presente” y no, “Ay, a mi nadie me pidió nada”.
Al concluir la parada, los políticos se van a sus casas, nosotros a las nuestras, y nada cambió.
Los políticos saben que nuestro voto en mínimo; no nos necesitan para ganar elecciones, por lo que no nos hacen caso cuando reclamamos nuestros derechos. Algunos nos ven como personas que sólo quieren cupones de alimento, welfare, como miembros de gangas, desertores de las escuelas, niñas de 12 años embarazadas, padres de 12 años que abandonan a sus hijos, tontos, vagos, fiesteros, indiferentes …
Somos mucho más de los que ellos creen. Somos artistas, chefs, mecánicos, maestros, empresarios, estudiantes, todo un mundo de diferentes personas.
Nunca lo sabrán hasta que salgamos no a festejar, sino a votar. Ni nosotros mismos no lo sabemos aún.
Natalia Muñoz es la fundadora y editora de www.LaPrensaMa.com (English) y http://politicapanoramica.com (español)
Caguas y la mala política
In Celeste Benitez, politica, Puerto Rico on July 20, 2010 at 2:34 pmPor Celeste Benítez
Los cagüeños tienen hoy una suerte que les envidiamos sus hermanos puertorriqueños. Todos sentimos coraje y vergüenza por los políticos que acaparan el poder para servirse a sí mismos con la cuchara grande y para perpetuar el régimen de privilegios de que disfrutan a costa de los dineros del pueblo. Y sobre todo nos enfurecen las sucias tácticas que esos políticos emplean para llegar y aferrarse al poder: la mentira, el chanchullo, la traición.
En la primaria del 8 de agosto próximo, Caguas tiene la fortuna de poder elegir entre un representante de esa mala política, Conny Varela, y un hombre limpio y honesto que viene a servirle a su pueblo, William (“Willito”) Miranda Torres. Caguas tiene la suerte de poder sacar de carrera ahora a un político malamañoso, mientras que los demás puertorriqueños tenemos que esperar hasta el 2012 para poder hacer lo propio.
Como los boricuas somos un pueblo notoriamente desmemoriado, es necesario recordar la trayectoria que ha seguido Varela en la disputa por la Alcaldía, tras la sentida muerte de Willie Miranda Marín.
El deceso ocurríó el viernes 4 de junio pasado. Inmediatamente el presidente del Partido Popular, Héctor Ferrer, decretó un período de luto institucional para evitar que las honras fúnebres que se le tributarían a Willie se vieran empañadas por la lucha entre los candidatos que se disputaban la poltrona municipal: Valera y los senadores José Luis Dalmau y Alejandro García Padilla.
Sorpresivamente, el domingo siguiente Caguas amaneció cubierta de carteles en rojo y blanco que leían “Conny Alcalde”. Varela alegó que él no había tenido nada que ver con la pasquinada, y al día siguiente inició una gira por los programas de radio y televisión de mayor audiencia para insistir en su desmentida. En todos y cada uno de ellos estallaba invariablemente en lágrimas y sollozos, que se convirtieron en el relajo y la bachata de todo el País.
Cuando poco después surgió la posibilidad de que el hijo mayor de Willie lo sucediera como Alcalde, y aún antes de que “Willito” decidiera estar disponible para ello, Conny “retiró” sus aspiraciones y lo respaldó públicamente. Dalmau y García Padilla hicieron lo propio, y el camino a la Alcaldía parecía estar despejado para Willito.
Sin embargo, cuando el Comité Municipal del PPD de Caguas se reunió para elegir al nuevo Alcalde, contrario a lo que había dicho públicamente, Conny se hizo nominar, y derrotó a Willito por cinco votos. El representante tuvo que salir escoltado de la reunión, pues un público furioso con esa conducta lo despedía con gritos de “¡Traidor!” y toda clase de insultos.
Posteriormente, la Junta de Gobierno del PPD invalidó esa elección, plagada de irregularidades, y ordenó la celebración de una primaria de pueblo para cubrir la vacante en la Alcaldía.
No contento con esa trayectoria de hipocresía, mentiras, y traición, ahora Connie Valera le ha vendido su alma al Partido Nuevo Progresista. Los principales portavoces de ese partido lo proclaman una pobre víctima de la “maquinaria” del PPD y no se cansan de alabar sus “virtudes” frente al liderato Popular.
No contento con eso, Connie es el beneficiario de una “investigación” que ha iniciado un compañero legislador suyo sobre la denuncia hecha por Varela de que Willito usó un vehículo de la Alcaldía en una caminata de su campaña. El senador Ramón Díaz Hernández (PNP, Humacao) radicó el día siguiente una resolucion para realizar una “investigación sumaria” sobre “todo lo referente a la campaña de Caguas”.
Es obvio que esa “investigación” en manos del PNP pretende intimidar a los empleados municipales que apoyan a Willito, darle credibilidad a la denuncia y beneficiar de cualquier modo a Conny. Se trata de otro chanchullo más de un candidato que ya no tiene más nada que perder y que está dispuesto a recurrir a cualquier trampa, no importa lo baja que ésta sea, con tal de prevalecer. Hasta vender su alma al PNP…
Lo próximo es hacer que electores del PNP invadan la primaria del 8 de agosto próximo para votar por Conny, el candidato más vulnerable, y así asegurar el triunfo penepeísta en el baluarte PPD que es Caguas en las elecciones del 2012. Les corresponde a quienes organizan la celebración de esa primaria asegurarse de que sólo puedan votar en ella electores bona fide del Partido Popular. ¡Ojo, mucho ojo, al pillo!
Los Populares de Caguas tienen ante sí una decisión bien fácil: o eligen a un representante chanchullero que encarna todas las malas mañas de la vieja manera de hacer política, o eligen a un hombre nuevo, dispuesto a honrar el vivo ejemplo de su padre.
Un profesional respetable, bendecido con una hermosa familia, educado en la mejor tradición de servicio público, con una honestidad a toda prueba son las mejores cualidades que debe poseer un alcalde, y Willito las tiene todas.
Así que, Populares de Caguas, ¡a votar todos por Willito Miranda Torres el próximo 8 de agosto!
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